¿Dónde? Un recuadro enmarcado por paredes terracota. Salgo de una habitación. Llego al portón. Nadie. Un escenario para una representación privada de algún artista. ¿Quién la vería? ¿Quién la juzgaría? ¿Qué cuadros de la vida se expusieron? ¿Cómo se pone la obra indefensa y muda? Entro de nuevo. El pelo se me eriza. Está tieso. ¿Cómo puedo rendir cuentas a la gran autoridad si no poseo un sólo recibo? No tengo absolutamente nada para demostrar en qué me he gastado la vida. El sol alumbra de dorado la escena en que me muevo. Por: Gladys |