Empezamos el año con seis días en blanco, seis páginas que se nos han ido sin registro alguno, agotadas por el viento, el sol, la lluvia, los deseos de escribir y la pereza indolente al retardar el momento final de la escritura, así como también la evidente incongruencia ante las páginas en blanco. Sin embargo, pienso que no debemos apesadumbrarnos por esos territorios baldios que suelen asaltar a quienes nos dedicamos al qué hacer literario, más bien debemos considerarlos como una especie de paréntesis para poner en orden las ideas, pensar y repensar en los acontecimientos que nos avasallan, analizar nuestra actitud y el compromiso que exige la palabra escrita, en una especie de asimilación de factores externos, mezclados con los internos que bullen en nuestro ser, para finalmente lanzarnos de cabeza a escribir, a escribir dejándonos la piel en cada letra. Sólo así podemos degustar el placer de escribir. Y en busca de ese placer nos lanzamos en Caelanoche este mes, un mes en el que vamos a incluir relatos más variados, nuevas secciones y un poco más de informalidad. Un abrazo y bienvenidos al universo cuandocaelanoche. La Dirección. |
6 de Enero, 2007, 9:53:
La DirecciónGeneral