Durante los últimos días una densa niebla había borrado las páginas de este nuevo año, una especie de paréntesis nos cerraba el paso con sus ferreos arcos.

La piel trémula intentaba con todas sus fuerzas romper, o al menos, derribar aquél paréntesis. Al fin lo logró y se sintió libre, libre, libre... pero se supo árida.

Entonces, como suele suceder siempre que derribamos un obstáculo, la ideas le insuflaron vida y pensó y sintió.

La vida está ahí, ¿por qué no asumirla?

La Dirección