
No
se puede tener escalofrío sin
una mano rozando la piel. No
se pueden pisar las baldosas de la calle si
no resuenan otros pasos al unísono. No
se puede caminar entre la gente sin
olerla, ni
llegar a casa ni
acostarse ni
arrugar la sábana si
la poesía no duerme contigo.
El
poeta calla.
Por. Selvática
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