5 de Junio, 2009
![]() Mi amigo Jaime vivía convencido de que las palabras son como la aspirina, buenas para todo. Por eso no dejaba hablar a nadie, esto que podría ser un grave defecto, sin embargo tenía un éxito impresionante con las mujeres. No había fémina que se resistiera a ese verbo. Debo reconocer que esa atracción valía también con los representantes de su mismo sexo. Los hombres le seguían como corderos, quizás para contagiarse de su buena suerte y de paso ligarse a unas cuantas. Conjeturas aparte, yo también me convertí en su "devoto" después de oírlo hablar. ¿Qué por qué? Ni yo mismo lo sé. Conocí a Jaime en la universidad y lo utilicé para aprobar las asignaturas que obligaban a un examen oral y en grupo. Después de las clases vinieron las fiestas, las salidas, los, y las amigas, todo fue una cadena de sucesos que se ha venido construyendo a lo largo de los años hasta convertirse en cariño… o alianza, o pacto… vaya uno a saber. De esto hace la tira. Y eso que cada uno formó un hogar, pero nos veíamos con frecuencia, claro, a escondidas de nuestras esposas, ellas no nos soportaban. Estoy seguro de que Jaime también lo supo desde el principio, pero ese era un tema que teníamos vetado tácitamente. Cada jueves nos reuníamos a jugar al billar, siempre a las siete en punto y máximo hasta las diez, por aquello de no alterar la paz hogareña. Llegábamos puntuales, Carlos, el dueño del local, nos tenía reservada la mesa; en la nevera nos esperaban unas cuantas cervezas bien frías, un platito de aceitunas y venga a tacar de lo lindo. Nadie diría que nos concentramos a fondo, dada la charlatanería de Jaime, lo que la gente no sabe es que si Jaime se quedaba callado no nos podíamos concentrar y la partida se iba al carajo. Esa noche, cuando estábamos en lo mejor de la partida, más o menos las ocho y media, lo sé porque empezaban los deportes en el telediario, alcé la vista hacía la pantalla y vi a nuestras mujeres riéndose de una forma tan contagiosa que yo mismo empecé a sonreírme al principio, para estallar luego en una carcajada sonora que llamó la atención de Jaime. El miró hacía la tele y me miró a mi asombrado. - ¿No te causa gracia? – le pregunté - Sabes que a mi el fútbol… - No digo el fútbol, mira quien – alcé la vista y nuestras mujeres ya no Por: Gladys |
![]() Salió a tomar el
sol con un libro. Escogió un lugar,
ni muy soleado ni muy frío, se tumbó en una hamaca. Se acomodó, estiró el
cuerpo y se sintió bien. Le gustó estar bajo el intenso azul del cielo. Abrió el libro, la
gente que pasaba por allí se quedaba asombrada al ver que alguien leyera en
días como ese. Me admiran pensó mientras
intentaba leer sin lograr entender nada de aquellas letras, entretanto la gente
se iba aglomerando y su orgullo iba creciendo, tenía cierto morbo eso de causar
admiración: ¡que intelecto! ¡qué genio! ¡qué disciplina! Pero al Por: Selvática |
Título: La Dama de las Camelias Autor: Alejandro Dumas (Hijo) Este personaje fruto de la
corriente romántica que recorría Europa a mediados de 1840, me llamó la
atención porque no me gustó nada, me
repele y aquí tal vez me salga del formato de este blog, porque aunque parece
especificar sobre personajes que nos han gustado, yo decidí hablar de uno de
los que más detesto por lo que representó y aún sigue haciéndolo en el
imaginario femenino. Esa irracional capacidad de entrega al hombre, ese
servilismo a un estilo de vida lujoso a cualquier precio. Novelas como ésta
brotaron como hierba mala durante esa época y ya vemos el daño que hicieron. Creo que Margarita Gautier ha
reencarnado en todas las heroínas de
culebrones que han condicionado la vida de muchas latino- americanas, en ellos
se exalta la negación de su ser como mujer por entregarse al amor por el rico
heredero (Armando Duval) Margarita, sin familia recurre a las armas que tiene
(su cuerpo) haciéndose cortesana del rey, relacionándose con muchos caballeros.
La protagonista, de origen campesino, abandonó a su familia para vivir en
París, donde se destacaría por su vida licenciosa y sus grandes gastos, además
de por siempre estar acompañada de un ramo de camelias; era una joven muy
hermosa, pero bastante enfermiza. Aunque parece adolecer de superficialidad,
con el avance de la obra se presenta como una mujer enamorada, sencilla y sobre
todo abnegada. Igualita a cualquier culebrón en horario prime time. PERSONAJES:
Por: Juanmi |