![]() Estoy sola en casa aunque vivo con mis varios familiares, entre ellos un tío bastante original, por tanto raro. Me voy a duchar y sé que mi tío volverá a mirarme. Cierro la puerta, cierro la ventana y me ducho con el piyama puesto, así no podrá ver mi cuerpo desnudo. Efectivamente, cuando me estoy enjabonando los cabellos, siento sus ojos en mi espalda, empieza a jadear y raspar con sus uñas la madera de la puerta. Empiezo a sentir pánico. Sé que me mirará de todos modos, como hace siempre, sin embargo hoy está haciendo ruido, no le importe que yo sepa que me está mirando, al contrario parece que lo hace a propósito. Sus uñas han logrado ensanchar el agujero en la puerta a la altura de mi entrepierna, retira las astillas de la madera y ahora ya hay un agujero que me deja ver sus ojos enrojecidos y acuosos y la baba que cae de sus labios. Empiezo a gritar, lo hago con todas las fuerzas de que soy capaz aunque se que nadie me escucha. El logra quitarme el agua, el agujero se hace más grande, el jabón se escurre por mi frente y llega a mis ojos, en un momento introduce la mano intentando alcanzar mi cuerpo, ahora grito más fuerte, se me ocurre gritar obscenidades hasta que me voy quedando ronca y la garganta me duele horriblemente. Entonces mi cerebro me lanza un aviso: no debo gritar más. Me he dado cuenta de que mis alaridos le producen mayor placer, lo veo en sus ojos. Por: Selvática |