16 de Marzo, 2013, 19:43: GladysGeneral



         Logró salir con vida, y mira que lo pasó fatal, tantos miedos, tantas angustias, tantos desvelos. ¿Cuánto? Quizás un año, o año y medio, no lo sabe con certeza, a uno nunca se le ocurre mirar la hora cuando le roban el corazón, es más, ni siquiera nos damos cuenta de que lo hemos perdido hasta que ya no hay vuelta atrás por mucho que invoquemos a superman para nos gire el mundo en sentido contrario.

            Tampoco tenemos conciencia clara del momento en que lo recuperamos, así, de repente, como cuando paras de correr por calles vacías y grises, y de repente desembocas en medio de un parque, entonces te das cuenta de que algo late y bulle entre las costillas.

            Oh, sí, estamos vivos, respiramos profundamente, pensamos que para burlar al enemigo, lo mejor es dividirse, en un instante ya nuestro lado derecho se aleja en sentido contrario del lado izquierdo. Mira qué bien, así la cosa resulta más sencilla, cuando alguien intente hipnotizarnos con una sonrisa, o embrujarnos con una voz melodiosa, basta con dividirse. Fácil.

             Lado derecho camina por un mundo en construcción, al primer vistazo parece algo caótico, pilas de ladrillos, marcos de ventanas, puertas sin cerraduras, carretillas y poleas son amos del lugar mientras lado derecho sortea con mayor o menor suerte obstáculos con olor a cemento fresco.

          Mala suerte, lado derecho cayó en un pozo de cemento fresco y entre más se esfuerza por salir, más rápido se hunde, está indefenso, no puede gritar porque media boca no produce sonidos, sin embargo, la suerte está de su lado, unos obreros lo ven y se apresuran a sacarlo de allí antes de que el cemento se seque y lo convierta en muro de concreto.

           Lo sucedido le mete el miedo en el cuerpo, en su medio cuerpo. Uno no está a salvo en ninguna parte piensa lado derecho, y la suerte no está siempre de nuestro lado… - otra vez los lados evidenciándose - la realidad se impone, medio lado no va a ninguna parte, ni tiene ningún futuro, así que decide volver a su casa, pensar con calma y confiar que lado izquierdo llegué a la misma conclusión, lo cual es bastante improbable, pero es el único clavo ardiendo al que aferrarse.

         Lado derecho espera, mira al techo, mira las estrellas, mira soles, lunas, amaneceres, atardeceres, eclipses, tormentas, ciclones y terremotos… lado izquierdo no va a volver y baja la guardia, ya no lo espera, se abandona, cierra los ojos pensando en que es mejor no pensar, porque los pensamientos también necesitan de su lado izquierdo…

        Voces tras el cristal, señales de regreso, signos de reencuentro, algo se empieza a mover debajo de sus duras cicatrices como queriendo reventar, lado derecho respira tranquilo, saborea el triunfo y retarda la fusión.

¿Por qué ahora todo es silencio?

 

 

 

16 de Marzo, 2013, 19:18: GladysGeneral


          Hora punta, humanidad desbordada, autobuses devoradores de calles, afán convertido en atmósfera, urgencias primarias comiendo cerebros, cuerpos que se balancean aferrados a  agarraderas suspendidas al techo de los vehículos públicos.
         Una diminuta mujer en silla de ruedas se abre paso entre talones adoloridos y pantorrillas escaldadas, las injurias de los pasajeros llegan hasta los labios, muchas se congelan ante la imagen de una mujer con cuerpo de silla de ruedas buscando su espacio vital implicando a todo aquel que se quiera sentar, pasar, salir o simplemente estar dentro de su radio de acción.
         A mi no. Me digo tranquila. Ella dispone a su antojo de un orden incómodo, lo sacude por los tobillos, lo vuelve de revés y a mi me salva la distancia. Bendito espacio, benditos siglos convertidos en polvo y recuerdos sepia.
           Sin embargo decido acercarme, le pregunto su nombre - maldita la hora - su lugar de residencia,  me emociono cuando me entero de que es vecina mía.
           Bajamos del autobús, me echo la cartera a mis espaldas,  me dispongo a empujar la silla de ruedas, ella me mira lanzándome destellos ancestrales de rabias contenidas, su boca se tuerce en un desagradable gesto empapado de odio y alza sus manos como creando una barrera a prueba de balas rasantes.
           Me convierto en un estúpido maniquí al lado de la acera, la veo alejarse hasta su casa, pero antes de que cierre la puerta, corro a su lado, me cuelo por una rincón sin que se de cuenta, al menos eso creo, ella cierra con rabia, avanza hasta la ventana desde donde se contempla la calle, la parada del autobús, las personas haciendo cola esperando el siguiente vehículo…
            Yo me quedé a vivir con ella, la sigo paso a paso, no me puedo perder el espectáculo de su vida.
            Ella no me dice nada, sabe que estoy detrás, a su lado derecho o izquierdo, todos los días, todos los minutos, todos los segundos… ella siempre se coloca delante de la ventana y contempla la parada del autobús a la misma hora de nuestro encuentro inicial, luego, al cabo de cuarenta y cinco minutos se aleja y mueve la cabeza en señal de desaprobación.

 


16 de Marzo, 2013, 19:01: Selváticaminirelatos
        


          La autopista es mi aspirina, el coche, el vaso de agua con que me la bebo, y la inmaterialidad el alivio a mis dolores de cabeza.

            Ya sé que estoy siendo repetitiva, ya sé que te lo he contado muchas veces, incluso después de que te cercenaron las orejas y no es muy seguro que esos orificios que tienes a lado y lado de tu cabeza sean la puerta de entrada a las palabras que salen de mis labios.
 
            Como sigues ahí, presupongo que no te aburres a mi lado, cuando te digo esto pongo el pie en el acelerador, tu corazón da un brinco, dentro de poco pasaremos aquella montaña y llegaremos.
            Necesito repetir cada detalle antes de hacerlo, necesito entonar las mismas palabras y con la misma intensidad que lo he hecho durante los últimos años, bueno desde que descubrimos este pequeño y solitario refugio, de lo contrario todo cambiaría y no son buenos los cambios… nos desestabilizan ¿verdad?
            Ya estamos llegando, un poco más de fuerza en el pie derecho "et voila!!!"
            Ahí lo tienes, el mundo suspendido en una brizna de polvo y nosotros en él. Disfruta porque se agotará, en cuanto vuelva a poner las manos sobre el volante.

 

 

16 de Marzo, 2013, 18:54: SelváticaAlaprima

            Las pestañas enredadas en el pasado asfixian el presente, sin embargo un aliento cálido, como cuando me hablabas al oído, sopló entre ellas y me dejó entrever un muro blanco.
            No es más que una pared de ladrillo, piedra o roca, o cristal. Una pared que impide el paso, que limita y encajona.
            Solo bastaría otro aliento tuyo para que al mover mis pestañas la pared blanca se convirtiera en nube gaseosa para atravesarla y encontrar una vida y un amante.
            Las uñas rojas cascan un huevo sobre el borde de la estufa, el pulgar se hunde, rasga y la clara se escurre provocando un chisporroteo, como un lamento que rompe el silencio de acciones solitarias… entonces, quizá, la vida y un amante.
16 de Marzo, 2013, 18:49: SelváticaAlaprima

           Yo estaba lanzando palabras sobre el puente a ver hasta donde llegaban, así, como quien respira. Cuando sentí sus pasos a mis espaldas.
            Muy lindo te has puesto, ¿a dónde vas? vestido así y con tus demonios en esa mochila. 
            - ¿Cómo sabes que son mis demonios?
            - Se están retorciendo dentro de la bolsa.
            - Ya sentía yo algo molesto golpeando mi espalda. Bueno, me voy.
            - Adiós.

             Se alejó. Sus pasos eran decididos, la bolsa se retorcía como si estuviera viva. Guardé sus palabras frías en mis manos hasta que empezaron a quemarme, entonces decidí tragármelas como si fuera una amarga medicina y al cabo de un rato las lancé sobre el puente.

             Ya no queda nada de tí - pensé cuando miré el puntito negro en que tus palabras se habían convertido reverbereando en la distancia.