Hace muchos años - como empezaría cualquier cuento de hadas - un señor llamado Abbie Hoffman editó de su propio bolsillo un libro lleno de consejos para hacerles el quite a los deudores, y sí, vivir gratis, aunque parezca increíble y no tenga final feliz. Hoy, algunos de ellos están obsoletos, incluso producirían risa por su candidez, pero la sabiduría popular puede con todo y se reinventa cada día. La falta de trabajo y de oportunidades ha creado un estilo de vida denominado rebusque y todos los que vivimos con el alma atravesada en la garganta ya sea porque en cualquier momento nos despiden sin motivo o porque los compañeros nos mueven la butaca cada segundo, tenemos que arreglárnoslas con sistemas de ahorro inverosímiles para poder llegar a fin de mes. En este caldo de cultivo, suelen crecer como mala hierba, desde pitonisas con serpiente al cuello hasta guapísimos y guapísimas comerciantes que pretenden ayudarnos a conseguir un trocito de cielo en la tierra insistiéndonos machaconamente y como si de un coro religioso se tratara el famoso TU PUEDES y demás lindezas. sin embargo, navegando un poco por esa especie de mundo alternativo que es Internet, se ha podido comprobar que si se tiene la paciencia suficiente y el tiempo para buscar lo que se desea o necesita, cualquier persona puede ahorrarse unos cuantos miles, usando el método del intercambio. En internet se encuentra todo lo que nos imaginemos, desde aprender a leer hasta manejar una nave espacial y no cobran por ello, compartir vacaciones, hoteles y hasta sofás en las antípodas de nuestra ciudad, alimentos, ropa, conocimientos, consulta psicológica, médica, terapias alternativas, trucos para hacer la declaración de renta, también como cometer delitos y formas de burlar a la justicia. Internet es el universo creado por el hombre y en él habita todo lo que el ser humano pueda desear, está además al alcance de la mano y las nuevas generaciones vienen ya con genes virtuales incorporados a su ADN, esa es nuestra realidad. Como siempre los más listos sacan provecho de esa información, alguna gente puede vivir intercambiando cosas para sobrevivir, se basan en la premisa de que si tu sabes hacer algo, o eres bueno para determinada tarea, siempre habrá en el mundo alguien que necesite de lo que tu haces y se produce el intercambio: por ejemplo, yo se Mandarin y alguien desea aprenderlo. Yo le enseño a cambio de clases de español o de que me haga la declaración de renta. En este nuevo orden de cosas el concepto del dinero desaparece, pero también obliga a un nuevo modelo de ser humano y ahí radica el problema, porque somos imperfectos, queremos vivir gratis, pero tras ese concepto subyace en el inconsciente el deseo de adquirir posesiones cada vez más, a corto plazo y para sentirse superior a los demás. Por eso, ojo con lo que encuentra en la red, ya se que esto empezó como un cuento de hadas, pero advertí: No lo es, igualito que internet. |
30 de Enero, 2016, 6:51:
Lady papaHablando de...